EL BULL Y EL RING

    No hay peor ignorancia que el falso conocimiento

    El ring y el Bull Terrier. Criado nuestro amigo, queremos la opinión del juez y lo llevamos a una exposición. Desorientado él y nosotros más, intentamos comprender la situación en la que nos hemos metido, donde en principio se puede disfrutar y sufrir. Está claro que se disfruta con el conocimiento y se sufre con la ignorancia, si bien, también se puede llegar a sufrir con el conocimiento. Pero esto solamente ocurre cuando se niega la evidencia.

    -Lo primero es tener un buen ejemplar de Bull Terrier.
    -Segundo, tenemos el deber de haberlo criado bien.
    -Tercero, debemos haberlo educado, cuando menos, para que responda a nuestras indicaciones.
    -Cuarto, llevarlo paseado, limpio, aseado y bien excretado antes de entrar al ring.

    Finalmente ya estamos en la exposición , queremos la confirmación de que tenemos un buen Bull Terrier y que alegria hemos ganado, que tristeza hemos perdido, hemos quedado entre Pinto y Valdemoro y la verdad es que no comprendemos ni uno, ni otro resultado, mucho menos si miramos los competidores que hemos tenido. Bien, allí hay otra exposición, vamos a ver que pasa. Tenemos una nueva experiencia de ring y seguimos sin entender nada, independientemente de los resultados que vayamos obteniendo, esto se va a repetir tantas veces como queramos si no nos paramos a mirar que pasa.

    El tiempo es finito y tenemos un minuto para enseñarle al juez nuestro Bull Terrier ( con la olla que tienen estos perros ), todo lo hacen muy bien pero ya sabemos, cuando quieren cortan, hacen lo que les da la gana y nos dejan tirados como una colilla.
Con suerte vamos a disponer de dos minutos para mostrar al juez su boca, la simetría de su movimiento al trote, vistos frontal y posteriormente, asi como de perfil. Finalmente quieto parado en una posición firmemente estática, el juez mirará la línea general de nuestro Bull Terrier, proporción del animal, angulaciones y aplomos, asi como curvatura de la cabeza, inserción de las orejas, espalda, inserción de la cola, profundidad del pecho. Y un largo ect. de cosas más, que si somos capaces de dejar firmemente quieto al animal, un especialista puede ver en este tiempo y valorar perfectamente nuestro Bull Terrier. En una palabra, tenemos el deber de saber lo que se esta haciendo y colaborar de este modo con los jueces y el espectáculo del ring.

    El perro lo vamos a entrenar durante un mes al menos jugando con una pelota, con trozos de salchicha, queso, jamón. No vamos a permitir que los coja de la mano, solamente cuando esta firmemente quieto le damos el premio. De tal manera que el comprende que cuanto más pronto se esta quieto, antes recibe el premio o el juguete. Tenemos que saber que el animal esta jugando, él no comprende el ring más que como un lugar más dónde esta jugando a lo de siempre. Con su pelota, o a comer cosas buenas cuando se esta quieto. El ring tiene que ser para el perro un lugar divertido, dónde además esta entre colegas que ellos también se lo están pasando bien cada uno a su manera, al igual que los dueños ( aunque esto es otro tema).

    El ring ante todo debe ser y es un punto de referencia para todo aficionado que desee conocer una raza. Ahora bien, estamos obligados a saber por nosotros mismos para no depender de otros. El Bull Terrier es ante todo genio y figura, caracterizado por su inteligencia, su particular carácter, su gran personalidad, su perfecta, completa y poderosa boca y porque no también su hermosa belleza o lo que es lo mismo, proporción y relación entre todas las partes de su anatomía. Todos sabemos del colegio que el orden de los factores no altera el producto. Puedo afirmar y afirmo que en el Bull Terrier, el orden altera el producto y que esta aparente sutileza a veces pasa desapercibida en el ring.

    Es evidente que cuando se compra un cachorro de Bull Terrier será un hecho ineludible para el aficionado, de tal manera que si este no ha obtenido lo que deseaba, le habremos dado un hermoso desencanto. Porque esta claro, el que quiere un Bull Terrier no quiere un perro y el que quiere un perro no quiere un Bull Terrier, es decir, el aficionado al Bull Terrier sabe lo que quiere y si no es asi tenemos el deber ético-moral los criadores y personas entendidas en los animales de hacerselo saber para que no se equivoque de raza. Con esto no digo que el Bull Terrier sea más ni mejor mascota que otras razas, digo simplemente que esta raza es diferente. Dicho esto no nos podrán dar gato por liebre. Porque en definitiva se trata de disfrutar a capricho de un amigo que no debe ser elegido ni por el azar ni por la moda de turno.

    Para mi y pienso que para muchas personas el mundo del perro es un hobby, donde aquellos a los que nos gustan los animales podemos encontrar la raza que se ajuste a nuestros gustos o necesidades, al igual que los coches que los tenemos para el campo, carretera, vehículos deportivos,de ocio, de trabajo, como los de campo o vehículos de carga. En los perros encontramos compañias, funcionalidades  y simpatías tan variadas como seamos capaces de imaginar, y si no, solo tenemos que echar un vistazo al carácter, personalidad y capacidad de la ingente variedad que tenemos en el mundo canino. Está claro que el criador tiene una responsabilidad ética y moral que le debe comprometer con la raza que cría y con el aficionado a saber lo que quiere y mirar dónde lo puede encontrar. Y entre todos disfrutar finalmente de nuestro perro.

    El ring es o debe de ser un punto inicial de referencia donde el aficionado encuentra en la tutela del conocimiente de los jueces la orientación colegiada de los expertos que nos permiten inicialmente conocer los mejores ejemplares de cada raza . De tal modo que este conocimiento, cuando menos debe de servir al aficionado para saber lo bueno de cada raza. Dicho esto, ni que decir tiene, la responsabilidad que tienen, quienes organizan las exposiciones a la hora de elegir los jueces entendidos en la raza tratada y en la objetividad  arbitraria que deben guardar estos profesionales, dado que el futuro de la calidad en las razas depende en gran medida de sus criterios expresados en el ring. Como aficionados también dependemos de ellos , cuando menos al principio, porque los errores y aciertos del ring en razas fuertes y bien definidas, esto se hace evidente, a veces inmediatamente y sin duda posteriormente, sus hijos darán testimonio, frente a la raza y al aficionado de sus aciertos y sus errores.

    Mi objetivo con esta información es simplemente  ayudar al aficionado, aportando conocimiento y reflexiones que le permitan acertar en la elección y posterior disfrute de su mascota.

    José Francisco López Rodríguez. Garnata Alvejud.